ENTONCES
Entonces era otoño en primavera
o tal vez al revés:
era una primavera semejante al otoño.
Azuzadas de pronto por el viento,
corrían veloces las sombras de las nubes
por las praderas soleadas.
Inesperadas ráfagas de lluvia
lavaban los colores de la tarde.
¿De cuándo ese carmín que fue violeta?
¿De dónde
el oro que era ocre hace un instante?
Los silbos amarillos de los mirlos,
el verde desvaído al que apuntaban,
la luz, la brisa, el cielo inquieto:
todo nos confundía.
Con un escalofrío repentino
de temor, y nostalgia,
evocamos entonces
la verdad fría y desnuda de un invierno
no sé si ya pasado o por venir.
Ángel González
Otoño y otras luces
Muy apropiada
ResponderEliminarCuando yo era niña "no existía" Ángel Gónzalez, qué pena;lo conocí a través de las canciones de Sabina y os recomiendo un libro escrito por Luis García Montero "Mañana no será lo que Dios quiera".
ResponderEliminarGracias por publicar ese poema Mayte
Hola Araceli, yo soy Deina una alunma de Mayte jeje ¿que tal?
Eliminarenhorabuena mayte! gracias por este blog tus anonimas que tequieren
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